Cuando los sueños cobran
vida…
Seguro que todos
hemos tenido una idea en nuestra mente a la que hemos ido alimentando con nuestros
mejores deseos, modelándola y haciéndola crecer…
Al principio es
tímida, insegura y débil; apenas si quiere salir de tu mente. Piensas que desaparecerá en cualquier momento. Es, sin embargo, persistente y tozuda. Si la sigues
alimentando con pequeñas dosis de creatividad, cariño y mucho entusiasmo se torna poderosa y se
vuelve atrevida y caprichosa.
Llega un momento en
que cree estar preparada y quiere verbalizarse, salir de la cajita superior y
volar libre transmitiéndose a través de las palabras. Sin embargo, es en ese
momento cuando crees que será ridícula y la inseguridad será ahora del
continente y no del contenido.
Ella es persistente y
sigue mejorando para ser aceptada y hacerse creíble. Como no tienes nada que
perder, aceptas el reto y comienza el mensaje. Y es cuando intentas articular
una idea poderosa, complicada y enorme cuando te das cuenta de lo difícil que
es hacerla entendible.
Creo firmemente en
que la colaboración, entendida como el trabajo en equipo para lograr
una meta común que de manera individual nunca podría llegar a ser conseguida,
es la única manera de crecer en este mundo de competitividad e individualismo
para el que nos han educado y en el que nos quieren anular como grupo.
Hace un año que intento dar forma a mi sueño.
Desde entonces ecoHub, así se llama nuestra criatura, ha tomado forma gracias a la paciencia y la colaboración
de las personas que han aceptado escucharme e intentar comprender qué me ronda
en la cabeza. Algunas incluso han aceptado enrolarse conmigo en actividades
conjuntas, aportando su energía, su trabajo y su generosidad. Todas estas actividades, cursos, eventos, charlas, encuentros... nos
han hecho crecer, olvidando la individualidad para transformarnos en un organismo
superior y colaborativo, con sus grandezas; pero también con todas sus imperfecciones y debilidades.
Aún así son simples esbozos de lo que mi
tozuda idea quiere llegar a ser: es una inconformista y, con cada nueva prueba,
apenas si me deja disfrutar del momento presente y analiza cada fallo
concienzudamente para retroalimentarse y volver a transformarse. Y es que ya goza de vida propia siendo realmente exigente.
Lo que se inició como un simple concepto se ha
materializado en un grupo heterogéneo de
personas que van a ir alineándose a lo largo de los próximos meses. No sabemos
qué nuevos caminos recorreremos o trazaremos; tampoco si tendremos que desandar
algunos para tomar la salida que un día dejamos atrás por creerla equivocada. Pero sin duda que será una senda interesante y única.
Gracias, de corazón, a todos los que
habéis compartido y trabajado conmigo en el pasado 2014. En especial a Dani, Gloria, Elisa e Isabel. Habéis conocido lo mejor y lo peor de mí en estos meses compartiendo los buenos y los malos momentos.
Personalmente seguiré soñando en 2015 e
intentando unir los míos con los de otros; pero sobre todo quiero materializar
esos sueños (aunque al hacerlo cambien y se transformen en otras realidades), y
quiero seguir contando con aquellas personas que quieran caminar a mi lado.
A todas ellas les aseguro que mis pasos irán
buscando siempre nuevos campos. Abonaremos la tierra, la dejaremos mullida y
fértil, esparciremos las semillas, las regaremos con nuestros conocimientos y esperaremos a ver los frutos que nos depara el trabajo en
equipo.
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