Las razones pueden variar en función del individuo, pero la
realidad es clara: A un gran porcentaje de la población española nos aterra ir
al dentista.
Es cierto que la imagen del sacamuelas ambulante armado con
unas tenazas ha cambiado por las nuevas, modernas, impolutas y sofisticadas clínicas de las grandes
aseguradoras que han invertido las mas innovadoras técnicas de marketing y
branding para la captación de clientes…Aún así, cuando cualquiera de nosotros
necesita visitarles, la inquietud nos recorre de la cabeza a los pies y, por
alguna oculta razón, se recrea en el
bolsillo donde habita nuestra cartera.
Nuestra última visita familiar a una de esas clínicas nos
ha hecho sentirnos con una extraña mezcla entre una rápida visita a Aurgi y la sensación que dejaba una charla de tus
padres cuando te hacían sentarte frente a ellos y te lanzaban un resumen con
todo aquello que haces mal y las nefastas consecuencias de tu conducta para tu presente y tu futuro.
Una vez en la clínica, pasamos rápidamente por diferentes
box donde nos atendieron varios profesionales haciendo un ejercicio
de nula empatía, tal como lo haría
un robot. Al final del periplo, con una limpieza "profunda" de la tapicería, salimos con una gran factura con los futuros tratamientos, extracciones y grandes reconstrucciones que tenían preparados para nosotros.
Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro; pero este
tesoro es de oro puro si cuentas entre tus amigos con Luis Eduardo Vásquez
Agudelo, que además es un gran profesional odontólogo.
Cuando llegas a su clínica no encuentras la pomposidad y
modernidad de las grandes marcas dentales. Se trata de un piso acogedor
situado en la zona del Campo de las Naciones. Desde el primer momento sientes
su cercanía y su cariño. La visita es familiar y como familia nos sentimos cuando
pasamos todos juntos a su consulta. La primera lección magistral la obtenemos
cuando nos explica con gran detalle cómo se realiza una verdadera higiene bucal y la gran importancia de hacerlo
bien. Puede parecer un obviedad, pero os reto a que le visitéis y descubráis
si la vuestra es correcta o no. Nos propuso alternativas a los tratamientos de
extracción y grandes reconstrucciones, nos explicó el por qué de nuestras
afecciones, nos relajó en cuanto a las graves consecuencias que nos habían
imbuido en la Cadena Dental… Os
sorprenderíais si os dijera el tiempo que nos dedicó a cada uno de nosotros y
la sensación de bienestar que a todos nos dejó.
Como frase final la de mi hijo de 8 años al que habíamos
culpado tras nuestra visita a Aurgi
Dental por su mala higiene, sabiendo que los únicos responsables de su
falta de costumbre éramos nosotros: “He
tenido una sensación extraña, era como si estuviéramos en casa”.
Clínica Dental OdontoArte.
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